
FUENTE: https://estrategiaydefensadelsigloxxi.blogspot.com/2025/08/la-guerra-de-iran-irak-el-horrible.html
Este es un adelanto de nuestro libro «IRÁN y sus Fuerzas Armadas. Su particular Sistema de Defensa y Seguridad», donde transcribimos el primer capítulo de dicha obra, que pronto estará a la venta como también gratis en PDF. Transcribimos el capítulo dedicado a la Guerra Irán Irak, cumpliéndose este 2025, 45 años de su inicio.
Por el Dr Jorge Alejandro Suárez Saponaro
Mg. en Defensa Nacional.
La guerra desatada en 1980, siendo la justificación una serie de reclamaciones territoriales, escondía intereses mucho más complejos tanto de actores regionales como extrarregionales. El detonante fue la denuncia del Tratado de Argel, por parte de Irak, escalando el conflicto, en atención que consideraba que Irán bajo el nuevo régimen revolucionario, estaba completamente vulnerable. El resultado fue la consolidación del régimen establecido en 1979, con el derrocamiento de la dinastía Pahlevi y una verdadera “escuela” donde se forjaron los futuros mandos de las Fuerzas Armadas iraníes, especialmente el Ejército de los Guardianes de la Revolución Islámica (“pasdaran”).
Las pérdidas sufridas, el aislamiento internacional que padeció Irán durante el conflicto, sin ninguna duda marcó el pensamiento en materia de Defensa Nacional para Teherán. En este capítulo de manera sintética, hablaremos los puntos más destacables del conflicto.
Los objetivos de los beligerantes, tomando en cuenta la bibliografía existente:
a) Irak.
- Control efectivo sobre la vía fluvial Shatt el Arab, dejando sin efecto las obligaciones del Acuerdo de Argel de 1975.
- Ocupación de la provincia iraní de Juzestán, con una importante población árabe y rica en recursos petroleros.
- Proyección sobre el Golfo Pérsico.
- Eliminación del régimen revolucionario iraní instaurado en 1979.
b) Irán.
- Mantenimiento del statu quo resultado del Acuerdo de Argel de 1975 respecto al Shatt el Arab.
- Proyección de la Revolución Islámica, dado que la mayor parte de la población de Irak es chií.
- Mantener el control de la provincia de Juzestán.
Las Fuerzas Armadas de Irán, durante el reinado del sha Mohammad Reza Pahlevi, habían alcanzado teóricamente un alto nivel de desarrollo, gracias a los ingresos petroleros y la estrecha alianza con Occidente, permitiendo adquirir modernos sistemas de armas, pero con una fuerte dependencia del asesoramiento extranjero para su operación y mantenimiento. Las inversiones se orientaron a las fuerzas terrestres y aéreas, bajo los sueños del sha de convertir a Irán en la primera potencia del Próximo Oriente. En este proceso, también se sentaron las bases para el desarrollo de una industria de defensa local.
El despliegue de las fuerzas armadas estaba orientado, especialmente hacia la frontera con Irak, considerado la principal hipótesis de conflicto, por el viejo conflicto del Shatt el Arab. Esto tuvo sus ventajas a la hora de responder ante el ataque iraquí.
El triunfo de la Revolución Islámica de 1979, significó una crisis para las Fuerzas Armadas, por las deserciones, purgas, ejecuciones de altos mandos y el exilio de muchos cuadros capacitados. El retiro de millares de asesores extranjeros, afectó también la operación de sistemas de armas complejos, especialmente la Fuerza Aérea. Los grupos paramilitares islamistas, se transformaron por orden del ayatolá Jomeini, en la base de un nuevo ejército, que en una primera instancia iba absorber las fuerzas armadas heredadas de tiempos del sha. Finalmente, se transfomó en otra fuerza armada, con rango constitucional: el Ejército de los Guardianes de la Revolución Islámica, cuyo proceso de expansión en plena guerra con Irak incluyó la creación de las armas aérea y naval, además de una milicia popular, conocidos como Basij.[1]
El liderazgo iraquí consideró que la delicada situación de las fuerzas armadas iraní y la inestabilidad derivada del nuevo régimen imperante en Teherán, jugaba a su favor en el marco de una acción militar. Irak tenía fuerzas armadas modernas, pero su alto mando, estaba altamente politizado y los ascensos estaban marcados por lealtades de clan, influencias políticas, más que por talento profesional. La personalidad de Saddam Hussein no ayudaba, siempre temeroso de un golpe de estado, llevó a cabo violentas purgas y ejecuciones de altos oficiales, afectando la conducción estratégica y operacional de las fuerzas armadas de Irak.

Primera fase de la guerra (22 de septiembre de 1980 – enero de 1981)
En septiembre de 1980,[2] las fuerzas de Irak, lanzaban la Operación Kadisiya, en honor a la batalla librada por las tropas árabes en 637, que derrotaron a las fuerzas del imperio persa sasánida.
En cuanto al despliegue inicial de las fuerzas en el Teatro de Operaciones, en las fases iniciales de la guerra:
a). Frente Norte, siendo el centro de gravedad: Kirkuk. Los iraquíes desplegaron cuatro divisiones de infantería, siendo la reserva un Cuerpo de Ejército. Lo iraníes contaban con dos divisiones de infantería
b) Frente Centro. El centro de gravedad era Bagdad: los iraquíes tenían dos divisiones de infantería, una división mecanizada y una división blindada. Irán contaba con una división de infantería y otra blindada.
c) Frente Sur. Centro de Gravedad: Kasiriya. Irak contaba con dos divisiones mecanizadas, dos divisiones blindadas y un Cuerpo de Ejército como reserva.
d) Reserva Estratégica: Irak contaba con una división blindada y formaciones de apoyo en Bagdad. Irán en Teherán, dos divisiones mecanizadas y una blindada.
El Objetivo Estratégico Operacional fijado por Irak fue la conquista y ocupación de las ciudades iraníes de ciudades de Abadan y Khorramshar, eventualmente Ahwaz y especialmente, la ciudad de Dezful, centro de la terminal petrolera de la isla Kharg y el puerto de Bandar Chapur. Esto estaba en consonancia con la materialización de los Objetivos Político y Militar: el control del Shatt el Arab y de la provincia iraní de Juzestán. De lo enunciado es desprenden dos Direcciones Estratégicas Operacional Principal y Secundaria.
En cuanto a las Direcciones Estratégicas:
a) Estratégica Operacional Principal: ubicada en el sur del Teatro de Operaciones se materializa en el eje Basora – Khorramashar – Abadán. Estaba en relación con los objetivos fijados por los reclamos de Irak. Estaban asignados los medios con suficientes capacidades para llevar alcanzar los objetivos fijados por el nivel estratégico, incluyendo la ocupación de la provincia iraní de Juzestán.
b) Estratégica Operacional Secundaria: ubicada en el Frente Centro, con eje en Bagdad – Ghasr e Chirin, abriendo la posibilidad de la prolongación hacia el interior de Irán.
En el sector Sur, los iraquíes no concentraron todo su poder de combate, a pesar de ser el principal objetivo de la guerra. Asimismo, la distribución de objetivos responde al concepto de “ataque frontal” y no la clásica maniobra de envolvimiento, rodeo o ruptura, siendo lo ideal en este tipo de operaciones militares. Las razones posibles que el alto mando iraquí adoptó la división del teatro de operaciones en tres sectores y adoptara la idea de un ataque frontal, se debía posiblemente a cuestiones interna del país. En el norte, la población kurda tenía una relación conflictiva con Bagdad y podía impulsar a Irán apoyar una rebelión de mayor magnitud. También estaban los importantes pozos petroleros de Kirkuk. En la región central, Bagdad está a solo 150 km de la frontera iraní.
El Objetivo Estratégico Operacional desde el lado de Irán, consistió en la recuperación de los territorios ocupados por el enemigo y la ocupación de lugares puntuales en Irak, debilitando su capacidad ofensiva, garantizando el mantenimiento de las regiones recuperadas. La captura de la terminal petrolera de Fao, el intento de capturar los pozos petroleros de Kirkuk y el asegurar el control del Shatt el Arab, con la ocupación de Basora. Los iraníes en una primera instancia, a diferencia de los iraquíes, adoptaron un criterio de economía de fuerzas, sin buscar cubrir todo el frente. Organizaron un dispositivo de defensa en profundidad, por medio de escalones y con una adecuada reserva dispuesta para acudir cuando sea necesario en cualquier punto del frente.
| Tropas iraníes usando máscaras. Irak hizo un empleo extensivo de armas químicas, prohibidas expresamente por el derecho internacional. |
Las fuerzas iraquíes lanzaron operaciones aéreas a escala contra la industria petrolera iraní y bases de la Fuerza Aérea Iraní. En el frente norte, Irak mantuvo una actitud defensiva. La ofensiva en el sur perdió empuje, dado la enconada resistencia iraní, impulsando a Bagdad a lanzar acciones en Judeimaniyeh y Marivan. En dicho sector la principal victoria de Irak fue la captura del puerto de Khorramashar en octubre de 1980, luego de un mes de dura resistencia iraní. Esta localidad era la llave de acceso a las ciudades de Ahwaz y Abadan, y por ende significaba la conquista de Juzestán. La eficaz defensa iraní, permitió el repliegue del ejército de manera ordenada. El régimen internacional de sanciones a Irán, obligó a los estrategas de Teherán a reorganizar la logística, apelar el mercado negro y movilizar los recursos nacionales para apoyar el esfuerzo de guerra.
En esta etapa del conflicto, las fuerzas iraquíes sitiaron la ciduad de Abadán, sede entonces de una de las refinerías más grandes del mundo, donde la resistencia en una primera etapa estuvo en manos de los pasdaran y milicias Basij. En estas batallas, se formaron jóvenes mandos de dichas organizaciones militares, que operaban separadas del ejército. Recién en 1982, comenzaron a funcionar de manera conjunta, cosechando numerosos éxitos en el campo de batalla.
La Operación Morvarid (Perla) llevada a cabo de manera conjunta entre la Armada y la Fuerza Aérea iraní, desarrollada en noviembre de 1980, tuvo como resultado la destrucción de las dos terminales petroleras más importantes de Irak: Mina al Bakr y Khor-al-Amaya, además de la destrucción de gran parte de la Marina iraquí e instalaciones de radar. Este tipo de operaciones, puso en evidencia, que los cuadros que sobrevivieron a las violentas purgas y ejecuciones de los primeros días de la Revolución, eran competentes y eran buenos profesionales.
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